24 sept 2011

Hasankeyf y la amenaza de la presa de Ilisu

Situada en la parte asiática de Turquía, junto a las fronteras de Siria e Irak, en la cuenca del Tigris, se asienta la milenaria población de Hasankeyf. Se tiene constancia de que se trata de una de las ciudades más antiguamente habitadas de la humanidad y, rica en educación y ciencia, fue un punto cultural estrátegico dentro de la ruta de la seda. Contribuyó a ello la cantidad de civilizaciones que habitaron la ciudad: romanos, mongoles, otomanos, árabes o persas, entre otros. Hoy en día está enclavada en territorio kurdo y es un ejemplo vivo de todas estas civilizaciones. Conserva infinidad de restos arqueológicos, mezquitas, tumbas y un inmenso complejo de casas excavadas en la roca del cañón que forma el Tigris a su paso por la ciudad. Pero a Hasankeyf no le queda mucho tiempo.
En los últimos años el gobierno turco está llevando a cabo un programa llamado GAP que tiene como meta revitalizar toda la zona de Anatolia. Este programa está basado principalmente en la construcción de presas para generar nuevas energías y puestos de trabajo. Hasta el momento ha funcionado muy bien y ha contribuido al auge turco como nuevo país emergente, pero el proyecto concreto de la llamada presa de Ilisu es muy controvertido. La intención es que la presa de Ilisu esté acabada en el 2013, momento en el cual gran parte de la cuenca del Tigrís será inundada, llevándose por delante parte del ecosistema, desplazando a miles de personas y sumergiendo para siempre a un sinfín de poblaciones entre las que se encuentra la milenaria Hasankeyf. A ello hay que añadir que todo se pretende hacer en una de las zonas más castigadas por la represión turca al pueblo kurdo. Los desplazados serán en su mayoría kurdos, las poblaciones inundadas serán en su mayoría kurdas y los campos anegados serán kurdos.
La construcción de la presa ya ha sido detenida en dos ocasiones al considerar los inversores europeos que no era viable llevarla a cabo debido al inmenso impacto cultural y ambiental que supondría su construcción. Pero gracias al apoyo de nuevos inversores, principalmente bancos, a día de hoy las obras siguen adelante. Uno de ellos es el banco turco Garantibank, que es en parte propiedad del BBVA, quien financia y apoya el proyecto de la presa. Recientemente el BBVA ha sido denunciado por este apoyo y se le ha pedido que retire su apoyo a Garantibank, aunque de momento no ha habido mayores cambios ni repercusión alguna.
Multitud de organizaciones, intelectuales y movimientos ciudadanos turcos luchan por frenar este nuevo atentado contra la historia y memoria de la humanidad. De hecho, en 2008, el Fondo Mundial de Monumentos incluyó a Hasankeyf en la lista de lugares más amenazados del planeta.
Desde el gobierno turco se han ofrecido ciertas soluciones que no han satisfecho a nadie. La principal era la de trasladar parte del rico patrimonio de Hasankeyf a un lugar que no será inundado. Pero la realidad es que apenas se podría trasladar una mínima parte. También se están construyendo poblaciones para los desplazados, pero están formadas por insulsas casas prefabricadas que nada tienen que ver con las angostas calles llenas de historia de Hasankeyf.
En estos momentos, desde la fundación Doga Dernegi, se ha redactado una carta urgente destinada a la UNESCO para que Hasankeyf y la cuenca del Tigrís sean declarados rapidamente patrimonio de la humanidad.  Parece que esta sería la única forma de frenar definitivamente la construcción de la presa.

2 comentarios:

  1. Por desgracia este mundo es así. Los bancos y todos los inversores se enriquecerán a costa de personas indefensas, la cultura y la historia. Creo que hay que hacer todo lo posible para evitar tal injusticia.
    Por la información que he podido encontrar está claro que es una región que se puede explotar de otra forma. Tiene cantidad de tesoros históricos y como decís en el blog muchas culturas han dejado su huella allí. Deberían centrarse en desarrollar el turismo y promocionar la ciudad.
    En cuanto a las energías es una cuestión de actitud. En vez de crear una presa se puede recurrir a la energía solar (equipando nuevas construcciones con paneles o construyendo una central solar). Los campos eólicos también son una opción si se dan las condiciones necesarias en la zona. Soy consciente de que estas energías no pueden competir con la hidroeléctrica pero también creo que si la presa no se ha intentado hacer hasta ahora será porque realmente no hay tanta demanda.
    Esperemos que por lo menos, si al final el proyecto se termina, que intenten salvar todo lo que puedan (como ocurrió con el templo de Debod al construir la presa de Asuán) aunque está claro que esa no es la solución.

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  2. A ver si cuanto todo este lleno de presas y petroleo el dinero les va a servir de algo a los poderosos que están detrás de la destrucción del medio ambiente y la historia, van a beber petroleo y van a tragar bloques de cemento de las presas, aquí en México el único río sin presa, el majestuoso y bello río Usumacinta ya lo van a presar, ante la indiferencia de la ciudadanía, los dirigentes mundiales actúan como si el mundo fuera suyo, ¿hasta cuanndo? ¿el mundo va hacia un horror sin límites o es que ya nos encontramos en él?

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